AMAS navegues solo... Ya pero, ¿qué culpa tengo yo si los demás no han podido venir hoy?... JAMAS navegues con viento de tierra a una distancia mayor de la que calcules que puedas volver por tus propios medios en caso de rotura... Vale pero, con estos veinticinco nudos, la distancia que puedo nadar hacia la playa en contra del viento es de cero metros... JAMAS navegues a última hora... Muy bien, le pediré a mi jefe que me deje las tardes libres los días de viento... Seamos mínimamente realistas: de la misma manera que muy poca gente navega con casco aunque a todas luces es un elemento de seguridad que deberíamos usar incluso en agua plana cuando el viento es un poco fuerte, más de un windsurfista no va a poder resistirse a navegar por estar solo, por soplar el viento de tierra o, menos aún, por faltar una hora para que se ponga el sol... ¡por no decir con dos o los tres elementos de riesgo al mismo tiempo! Por poner un ejemplo, cuando el año pasado estuvimos varios periodistas con Bjorn Dunkerbeck en Cabo Verde nos comentó que, en los días sin olas pero con buen viento, su método de entrenamiento consistía en coger la tabla de slalom y recorrer de un sólo largo varios kilómetros de la costa Oeste de Sal, perfectamente plano y con fuerte viento terral, para luego trasluchar y volver en otro largo gigantesco hasta el punto de partida. Alguien le preguntó que a cuánta distancia llegaba a alejarse de la playa durante el recorrido y dijo que como a un kilómetro. Después, que si al menos llevaba el teléfono móvil por si se le rompía el mástil ahí en medio y dijo que no. Finalmente alguien dijo que le parecía una locura por muy Bjorn que fuese y, como para terminar con el interrogatorio, ¡contestó que se iba a comprar una funda estanca para su móvil! Es sólo una anécdota pero sirve para constatar que cada día, en alguna playa del mundo, es más que probable que algún windsurfista, experto o novato, esté asumiendo más riesgos de los necesarios y que algún día podemos ser nosotros los implicados en un naufragio o los que tengamos que reaccionar para ayudar a alguien. Por tanto, en este reportaje vamos a intentar abordar el tema de la seguridad en tres partes: la primera, qué medidas de precaución debemos tomar antes de salir a navegar; la segunda, qué hacer cuando vemos que alguien está en apuros; la tercera, poniéndonos en el peor de los casos posibles, qué hacer para volver a tierra por tus propios medios cuando, por las circunstancias que sean, te ves sentado en tu tabla haciendo señas que sólo ven las gaviotas que están posadas en la playa... solo y derivando cada vez más lejos de tierra en el inmenso mar, el peor de los marrones en que una persona se puede ver metido.
El mejor y más fun de los deportes también tiene su cara oscura... veamos cómo zafarnos de ella.
Por Gonzalo Cárdenas
Salvamento marítimo 900 202 202
No hay comentarios:
Publicar un comentario