3/31/2008

Viesgo y el Gobierno indemnizarán a un windsurfista herido en el Pantano


El joven sufrió una descarga eléctrica al chocar con unos cables cuando practicaba windsurf en 2005

La compañía Electra de Viesgo y el Gobierno de Cantabria tendrán que indemnizar con 7.395 euros a Jorge Carrasco Estébanez, el joven que resultó herido en junio de 2005 tras sufrir una descarga eléctrica mientras practicaba windsurf en el Pantano del Ebro. La sacudida le causó lesiones en un pie, pero fue determinante la valentía de una vecina de la zona, Etelvina Ruiz González, que acudió en una piragua al rescate de la víctima, salvando así su vida. Aquella historia de salvación se convirtió en una historia de amor, ya que se casaron poco después.

El herido reclamó a varias administraciones (Ayuntamiento de Campoo de Yuso, Gobierno de Cantabria y Confederación Hidrográfica del Norte) y a la compañía Electra de Viesgo por los daños y perjuicios causados, pero ha tenido que acudir a la vía judicial para reconocidos sus derechos.

Ahora el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 ha condenado a Viesgo y a la Administración Regional a indemnizar con 7.395 euros a la víctima del accidente. La sociedad eléctrica tendrá que pagar el 70 por ciento de la cuantía, como máximo responsable del suceso ya que le incumbe «la obligación de mantener las instalaciones en condiciones de seguridad». El resto será aportado por el Gobierno regional, a quien corresponde «la facultad administrativa de inspección», que no ejerció.

El suceso se produjo en la primera semana de junio de 2005. Aprovechando la fuerza del viento Norte, Jorge estaba practicando windsurf en el pantano en una zona del municipio de Orzales. Mientras el chico se deslizaba con su tabla, el mástil de la vela (de 4,6 metros de altura) se aproximó a un tendido eléctrico de 30 kilovatios provocando una descarga eléctrica que le lanzó al agua, a más de tres metros de la tabla de windsurf. «No perdí la conciencia», recordó después, «pero de la cintura para abajo no tenía ninguna sensibilidad, no notaba las piernas». A sus gritos de auxilio acudió Etelvina Ruiz González, vecina de la localidad y aficionada a los deportes acuáticos. La mujer corrió a por su piragua, la echó al agua y acudió en busca del herido, al que rescató.El deportista fue trasladado al Hospital Campoo, donde le atendieron.

La sentencia no ofrece duda alguna de que el accidente se produjo como consecuencia de los cables de la instalación eléctrica, que se encontraban «a una distancia de la superficie del agua insuficiente desde la perspectiva de las exigencias de seguridad».

La resolución judicial subraya asimismo que antes del accidente no existían señales de prohibición de la práctica de deportes acuáticos en la zona, distintivos que fueron colocados con posterioridad.

En consecuencia, la sentencia determina que el daño es imputable a Electra de Viesgo, aunque existe una responsables indirecta por parte de la Administración Regional, a la que compete ejercer las tareas de vigilancia e inspección, facultad que «obviamente implicaba la vigilancia de la interrelación entre el nivel del agua y la situación de torretas y cables».

Superado el trauma del accidente, el deportista y su heroína se casaron. Un final feliz, más dulce todavía con el respaldo de esta sentencia favorable.

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